Carlos III de España, nacido en 1716, fue rey desde 1759 hasta 1788 y es conocido como el "mejor alcalde de Madrid" por sus numerosas reformas urbanas y administrativas. Proveniente de la Casa de Borbón, era hijo de Felipe V y María Luisa de Saboya. Antes de convertirse en rey de España, fue rey de Nápoles, donde adquirió experiencia en la administración y gobernanza.
Su reinado se destacó por un fuerte impulso reformista, conocido como el Despotismo Ilustrado, que buscaba modernizar el país mediante reformas económicas, educativas y sociales. Carlos III promovió la creación de nuevas instituciones, como la Real Academia de Bellas Artes y el Museo del Prado, y fomentó la educación pública, aumentando el número de escuelas y universidades.
Además, bajo su gobierno, se llevaron a cabo importantes proyectos de infraestructura, como la mejora de caminos y puertos, que facilitaron el comercio y la comunicación. Su política exterior estuvo marcada por una creciente alianza con Francia, así como por la participación en la Guerra de los Siete Años, que resultó en la pérdida de algunas colonias en América.
Carlos III también enfrentó desafíos, como la oposición de la Iglesia y la nobleza a sus reformas, así como tensiones sociales. Sin embargo, su enfoque modernizador dejó un legado duradero en España, sentando las bases para el desarrollo posterior del país. Falleció en 1788, y su muerte marcó el fin de una era de progreso en la historia española, siendo sucedido por su hijo Carlos IV.